lunes, 8 de febrero de 2010

Si me votas te enseño las tetas

Vivimos en un mundo dónde pasan cosas, cosas de esas chungas, pero chungas-chungas. Y al mismo tiempo, es perfectamente posible y real que un partido de supuesta izquierda pida la dimisión de un concejal de Kultura por el fútbol (aquí).

Así que cuando una candidata a la Cámara de Representantes en Colombia lanza su campaña prometiendo que si sale elegida se empelotará en una revista, ¿quién se atreve a censurarla?

Para el que no tenga ganas de leer el enlace, se llama Fernanda Valencia y tiene 42 años llevado a ritmo de Milf. Dice que lo hace para garantizar la limpieza de su campaña, ya que se ha dado a conocer sin necesidad de que la financie ningún cacique, y así, si alcanza el escaño, no deberá más favores que el de retratarse con las tetas al aire.

Así, de sopetón, me recordó a la campaña en las elecciones belgas de 2007 del partido NEE. ¿Cómo? Sí, sí, esta:

Esta chica, Tania Deveaux, estudiante de marketing -quién lo diría-, protagonizó los carteles del partido-protesta NEE, que prentendía que el voto en Bélgica dejase de ser "compulsivo" -si no acudes al colegio electoral, aunque luego no votes, te multan- y criticar las promesas imposibles que suelen hacer los impresentables de los políticos.

Esa en concreto, de los 400.000 trabajos, parodiaba una promesa de 40.000 de otro candidato. A petición de los internautas, la propuesta acabando variando a 40.000 "blowjobs", es decir, mamadas. Recuerdo que el 20minutos y algún medio más dieron la noticia como si la campaña fuese en serio.


Por otro lado, allá por 2001, Kurt Busiek y Stuart Immonen publicaron el cómo de una sola entrega Superstar: As seen on TV. Básicamente, Superstar es un superhéroe cuyo poder depende de absorber "bioenergía", vamos, la que despiden los seres vivos, que tiene que dársela voluntariamente. Así que tiene que ser famoso y caerle bien a todo el mundo para que la gente "done" energía -les dan un bocata después, supongo- y poder seguir combatiendo al mal. Como cuando Son Goku derrota al monstruo Bu, pero constantemente.

Así, Superstar tiene una novia trepa que lo vende por una exclusiva, una padre parásito que se dedica a comerciar muñequitos y un supervillano de nombre jocundo, Robo Sapiens, cuya táctica consiste en desprestigiarlo. El tema es que todo esto incomoda al héroe, que es un boyscout bastante sosainas y de correa corta, hasta que al final asume que "es necesario" para poder hacer el bien y tal.

Una moraleja que en la mejor tradición de Astro City, usa los superhéroes como metáfora para hablar de una circunstancia real. En este caso, Superstar está a medio camino entre Bono de U2 y Barack Obama, si los tomamos a todos ellos en la versión más positiva que se los pueda tomar.

Pero entonces, ¿lo que hace esta señorita, en un mundo dónde la liberación de la mujer fue una coña que nos montamos los tíos para seguir mandando, cómo hay que interpretarlo? Porque el hecho de que la existencia del NEE era fácil.

La pregunta, en realidad, es cuánto queda para que todo esto llegue a Espiña!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por estas casualidades de la vida he venido a parar a tu blog.

Me alegro mucho, da gusto leerte.

Me quedaré por aquí, con tu permiso.

Un abrazo.




John W.