lunes, 8 de septiembre de 2008

Mira, tengo un logo nuevo


El ERE se cargó a José Ángel de la Casa -quién me iba a decir que lo echaría de menos-, José Luis Garci y al puto amo Antonio Gasset, entre muchos otros. La 2 se ha ido convirtiendo en un chiste malo del que han desaparecido las series buenas -la última que sacaron fue A dos metros bajo tierra-, el cine de calidad en horarios asumibles y, en general, cualquier viso de programación cultural o de divulgación científica. Lo más mejór que tienen ahora mismo es Saber y Ganar, con el apolillado presentador de mandibula hostiable y su voz en off que le hace de dominatriz sexual. Ahora le toca a Radio3, que parecen dispuestos a convertir en la misma mierda que hay en el resto de emisoras.

Pero, eh, mira, tenemos logos nuevos. Cine de barrio repite en ciclos de seis meses la filmografía completa de Paco Martínez Soria. En Identity se dedican a dejar en bikini a cualquier mujer joven que se presente, aunque su identidad sea la de monja de clausura de las Venerables Madres Adoratrices del Santo Prepucio de Alejandría. Corazón Corazón y Corazón cuatro estaciones sobrevivien porque comparados con la bazofia del Cangrena 3 y TetaCinco parecen periodismo de calidad. Pero, eh, esto son los logos que necesitábamos, que reflejan los cambios que ha sufrido RTVE en los últimos años.

Como la desaparición de los conciertos diarios en la 2, el final del cine en versión original -y de todos los programas que no trataban de taquillazos prefabricados-, del teatro televisado, de las emisiones decentes de fútbol internacional, de los programas sobre música independiente, de las adaptaciones de clásicos de la literatura, de los reportajes de verdadera investigación...

Desde luego, el telediario es ahora mejor que en tiempos de Urnazi, pero no tiene mérito. Y, en el apartado de series de producción propia, tras una época oscura en la que sólo Cuentamé mantenía alto el pabellón, apareció Desaparecida -jeje-. Pero claro. TVE también estrenó Operación Triunfo, que aunque comparada con la versión de TetaCinco parezca caviar ruso, era una chorrada que maldisimulaba el morbillo patético y cotilla. Y tenía el GrandPrix, aparte de otras magnas obras presentada por el ínclito Ramontxu.

Y sí, peor están las autonómicas, todas vendidas al gobierno de turno, TeleMadrid que sólo le falta empezar las noticias con el Cara al Sol y Canal Sur que ha convencido a todas las abuelas de Andalucía de que Chaves cura el cancer imponiendo las manos. Eso sin entrar en las privadas, por supuesto, incluyendo a Cuatro y La Sexta, que destrozan cuantas series caen en sus infectas manos. Nadie llega al nivel de Cangrena 3, claro, que últimamente está empeñada en que lo de Roquetas es comparable a los disturbios de París y que abre deportes con el Real Madrid aunque Rafa Nadal y Alonso consigan ganar la NBA a raquetazos sobre un monoplaza. Sólo TetaCinco, con esa programación de 24 horas de reality, en inevitable ciclo operación truño-gran hermano-supervivientes, que se suceden los unos a los otros como las mareas.

Pero, eh, TVE ha cambiado sus logos. Y dicen que los nuevos micrófonos de RNE son más suavitos y blanditos que los de antes. Y los bolígrafos. Y las carpetas. Y todo lo que llevase un logo. Al menos espero que ver un uno dentro de un círculo verde suba la audiencia, porque a ver como se va la famosa deuda si te dejas una pasta en cambiar el material para que sea más dinámico y paradigmático.

Por Dios, si hasta se echan de menos los programas de Sánchez Dragó y Pedro Ruiz. ¿Sigue Punset por ahí, o se suicidó después de lo del reality del colegio con famosos ese?

Si algún día escribo una entrada añorando el ¡Qué apostamos! o Ana y los Siete, qué alguien me pegue un tiro.

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